Te espero
donde sólo se oye el mar,
donde el cielo
de la noche es infinito,
donde el viento nace libre
y para mí
y nada importa
además de respirar.
Te espero
cuando el tiempo ya parezca
una ausencia de este tiempo,
donde el agua es un correr
de sabor antiguo y limpio,
y el vivir
un llegar siempre y sin final
al final de mi camino.
Te espero en un lugar
donde la palabra es agua clara
en que a veces se oye el mar
y huele a noche
y al camino sin final
de las estrellas,
y sabe a viento y a su abrazo.