Hay días
en que no salen las palabras,
en que las horas
se hacen sólo de verdad,
y decir
se vuelve el mal que nunca llega
y no decir
se vuelve el mal que no se va.
Hay días
en que quisiera detenerme
y no vivir
y ver la vida pasar;
asomarme al balcón de la mañana
y meterme en el paisaje
que se extiende aquí o allá
de lo que vive,
lo que late y se mueve,
de lo que no soy yo,
de la verdad.
Encuentro
ResponderEliminarinstantes
en que la vida late
y no es la mía...
Ay Jorge!!!!! Me adivinás con estos versos...Tan tuyos...
Saludos muchos.
Hay días en que quisiera detenerme
ResponderEliminarHay días, hay días... a pesar de todo, la vida sigue y somos parte del paisaje al que intentamos añadir nuevos colores.
Letras tan reales como tristes, pero hermosas.
Abrazos
Si lo días en que no salen las palabras escribís así, no quiero perderme los días que podés decir más. Entraste con tu poema al paisaje existencial Un abrazo
ResponderEliminarHay días en que levantarse es difícil, incluso para aquel que tiene en su rostro la sonrisa pintada; hay días en que la rutina pesa mucho más que cualquier otro día.
ResponderEliminarHay días que se van arrastrando y tras su estela borrosa viene algo inesperado, algo que justifica todo, que calma ese enojo.
Hay días que te veo a los ojos y pienso que está todo bien.
Abrazos!!
Hay días que son noches
ResponderEliminarHola Jorge, sí, hay días que se prolongan demasiado y no parecen días ,más bien son como vidas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aloe,
Hay días que son malos de vivir, pero al siguiente llega una brisa temprana y agradable que te hace despejar todas las dudas y tristezas de la mente.
ResponderEliminarAsomate al balcón de la mañana...pero de ésa mañana transparente que se cuela en el corazón, estallando entre risas las palabras que antes no salían y ahora se dejan ver jugando con los colores del paisaje.
Mira Jorge, las palabras que dejaste, laten y por lo tanto...viven.
Un abrazo.
Me gusta,... este dejarte llevar, este querer decir sintiendo, ese querer vivir desde el otro lado de tu fuero interno, no es poco lo que dices en uno de esos días.
ResponderEliminarBesos y abrazos
Son esos días en que se amodorra la mente y todo llega a ella mientras ella quiere escapar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Jorge, todos tenemos de esos días, lo genial es como lo cuentas!
ResponderEliminarSabes Jorge lo mejor de esos días????...que a pesar de parecer eternos y dejarnos extenuados de no hacer nada duran tan solo veinticuatro horas, que si, que parecen pesadas cuentas de plomo colgadas de nuestro cuello y no ligeras plumas al viento de nuestros ojos, pero duran eso, es cuestión de cerrar los ojos y dejar pasar el día.....parece fácil....aún estoy yo intentado aprender....jajajaj.
ResponderEliminarUn placer el pasar por tu rinconcito, me ha gustado y volveré a pasear entre tus letras.
7:30 AM
ResponderEliminarHay, Corazón,
días en que me sorprendo sintiendo nada.
Cruzo la ciudad,
es de mañana,
hace sol
o está nublado.
Creo que el hombre se deteriora
al pasar los años.
El ruido parece hipnotizarme
y cada rostro no es más
que un cúmulo de ilusiones postergadas.
Los sueños son tan quebradizos.
Defendemos los miedos con tanto ahínco
que merecemos un aplauso.
La fuerza que nos hace seguir la ruta
sabe lo que necesitamos,
nos lleva hacia el fin que nos corresponde.
Lo soñado siempre queda atrás.
Bolaños.