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viernes, 24 de septiembre de 2010

TARDE DE VERANO


            A veces vuelven los sueños
del color del verano
y las tardes largas.
Se llena el horizonte
de tierra y de cielo
hasta donde el ojo alcanza.
A veces vuelve
una vida estrenada
y el sentir sin fondo
de los quince años.
Y entre vistas y olores
y abrazos furtivos
en la anochecida
gira el calendario
en vértigo
hasta hoy.
Tengo entonces cuarenta,
tengo veinticinco,
tengo quince y treinta
y dos cuatro seis.
Tengo en un manojo
enteros mis días,
el único equipaje que puedo tener.


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