Doy la vida
cada vez que escribo un verso,
doy mi tiempo
cuando gano la partida
que se juega entre la tinta
y la hoja en blanco.
Regalo mi tiempo en palabras,
regalo todo lo que tengo,
pues cuando se va el presente
sólo queda
ese sabor impreciso
del recuerdo,
algunas fotografías,
el eco de algunas canciones
y algunas frases caídas
al caminar del camino
que es lo único que queda
del tiempo que gasta mi vida.
Muy Bueno, Jorge. Es cierto que nos queda muy poco después de entregar el alma en cada verso pero también nos queda la calma de poder decir lo que nuestro corazón grita y generalmente callamos.
ResponderEliminarUn beso.....
Tu tiempo, la vida, las palabras.......que más se puede esperar. Sigue dándonos cada vez que puedas tus cosas, que si me permites Jorge, también son las mías.
ResponderEliminarAntonio
Muy íntimo. A veces uno no sabe lo que siente el poeta.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo grande hermano.
en ellos quedamos, en los versos escritos y trascendemos y nos inmortalizamos, agradezco por haberme dado cuenta a tiempo de esta alquimia que es el arte!!!!!!...un abrazo amigo, me encanto tu poema.
ResponderEliminarandrea
Y es que la vida de estos versos sos vos. El poema sos vos...
ResponderEliminarNo vine antes porque estaba engripada.
Cada segundo vivido es un verso que logramos...
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