Por
una vez
inventaré un
lago en calma
con el agua de
mi bañera
y derramaré
después
la noche
alrededor,
sin pensar en
más razón
o compromiso.
Por una vez
dejaré de
trabajar
de palabra,
obra y pensamiento,
y seré libre
otra vez
como cuando no
era nada.
Por una vez
pensaré
primero en mí,
escucharé
antes mi voz
y confiaré en
mis ojos
y dejaré que
lo demás
venga después.
Por una vez
voy a dejarme
amar
sin esconder
ninguna de mis caras
y voy a amar
y amaré amar
en todos los
instantes.
Por una vez
traduciré
el mal en
bien,
lo feo en
bello,
lo que muere
en vida
y todo lo
disfrutaré
como la obra
inacabada
de un gran
artista.
Por una vez
no esconderé
la cara,
no viajaré por
las afueras de la vida
y beberé
despacio
los tragos
malos
y los tragos
buenos
del vino recio
de los días.
Por una vez seré
con el día de
la fecha
y dejaré para
mañana
lo que no
pueda hacer hoy
y dejaré
dormir
el tropel de
los recuerdos
hasta que sean
sólo una sonrisa
guardada en el
fondo de un cajón.
Por una vez
miraré a la
vida a los ojos
como a una
mujer hermosa
que se deja
cortejar
desde el fondo
de la música
y la noche,
desgranando
los minutos
sin ninguna
prisa,
en un tiempo
que
sólo es para
mí
y para ella.
Y aquí la Vida. Ese tiempo de maravillas y misterio, para descubrirlo de a dos.
ResponderEliminarSaludos, Jorge.
Por una vez noooooo, siempre Jorge, aunque da mucho trabajo, aunque creas no se puede, aunque a veces duela sentir la vida, VIVELA, amigo.
ResponderEliminarMi siempre abrazo
Grato reencontrarte. Un gusto descubrirte.
ResponderEliminarJesús Riaño.