Seguidores

viernes, 24 de agosto de 2012

MIRO MIS MANOS


Suelo mirar mis manos
y busco (como en la plancha de un grabado)
las huellas que quedaron en la masa
de la que creció el pan
y encuentro su sabor
y el gusto de la tradición
y del trabajo.

Miro mis manos
y adivino las figuras y la historia
que sacaron al papel,
sin forma y llano,
o a la arena
que se quiso construir
en castillos, carreteras, barcas
o muñecos que enmendaban de la vida
(tal vez la remendaban)
su gesto amable.

Miro mis manos
y rastreo en sus vetas
la madera con que hicieron
estanterías en las que posar
tiempos de vida
o libros en los que beber
el agua de otras existencias.

Miro mis manos
y trato de leer en sus heridas
cada caricia que dejaron en la piel
de una mirada que miró mis ojos,
cada palabra que escribieron
y que se hizo verso,
sencillo e imperfecto,
y que encontré en la madrugada,
en el amor,
en un amanecer lleno de luz,
en el fracaso
o en un ocaso sobre el mar
hecho de fuego.

Suelo mirar mis manos
y se me antoja que en sus líneas
puedo hallar
trazos de mi retrato.

lunes, 13 de agosto de 2012



            TARDE DE AGOSTO

           Cierro los ojos y me enredo
en la conversación
que tiene el viento con las hojas.
A lo lejos corta el aire
el ruido de coches
de una autopista.

            Y no queda más sonido
para esta tarde de agosto.
Y no queda otra cosa que el calor
para llenar las horas.

            El tiempo cae despacio
como el polvo del camino
cuando lo llevan
las ráfagas de viento.

viernes, 3 de agosto de 2012



OLÍAN A TOMILLO

a los que estaban allí

Nuestras palabras
olían a tomillo,
como huele una noche de estrellas.
Olían a tomillo
y tenían el sabor
de las lágrimas y el cielo
cuando se abre grande
camino del horizonte.

Y fuimos por un instante
de la intensidad de las sombras
que te miran en las horas;
y fuimos nosotros mismos
en la voz
de los que nos rodeaban,
en esa voz
que a veces se rompe
en hilos de silencio
y en palabras grandes
para un instante pequeño.

Luces de estrellas
escribieron su paso fugaz
recordando que todo acaba,
menos los recuerdos.