Seguidores

viernes, 3 de agosto de 2012



OLÍAN A TOMILLO

a los que estaban allí

Nuestras palabras
olían a tomillo,
como huele una noche de estrellas.
Olían a tomillo
y tenían el sabor
de las lágrimas y el cielo
cuando se abre grande
camino del horizonte.

Y fuimos por un instante
de la intensidad de las sombras
que te miran en las horas;
y fuimos nosotros mismos
en la voz
de los que nos rodeaban,
en esa voz
que a veces se rompe
en hilos de silencio
y en palabras grandes
para un instante pequeño.

Luces de estrellas
escribieron su paso fugaz
recordando que todo acaba,
menos los recuerdos.

4 comentarios:

  1. Aroma a recuerdos, y esa voz que los pronuncia...

    Saludos grandotes, Jorge.

    ResponderEliminar
  2. Y los olores suelen sublevarnos los recuerdos...

    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Un olor y... podemos viajar a cualquier parte del pasado con todo lujo de detalles. Huelo a los verano de la infancia.
    Mua!

    ResponderEliminar
  4. Aun recuerdo ese olor, mezclado con la sal de alguna lagrima de emoción, de sentimientos. :)

    ResponderEliminar