¿Cómo te trata la vida?,
preguntabas sin mirarme;
tal vez mirabas los años,
tal vez no mirabas nada.
Yo, ¿qué quieres que te diga?,
respondía sin pensarlo
y me arrepentí de hacerlo.
Sólo estoy lleno de años,
ni el dinero ni la gloria
ni resto de algunos sueños.
Entonces tú me miraste
y recordé esa mirada;
se me cayeron los años,
renació el tiempo pasado
y, sólo por un momento,
me bebí tus veinte años
otra vez en un instante.
Y luego se apagó esa luz
y los perdí nuevamente
y los perdí de mis manos
y los perdí para siempre
y el tiempo siguió pasando.
La ternura de ese amor desencontrado que nos da la vida y nos la quita en un segundo. Pero que jamas olvidaremos. Felicitaciones!!!
ResponderEliminarCariños!!!!
A veces creemos real una quimera...y el tiempo nos convence que ni siquiera eso tenemos.
ResponderEliminarUn saludo.
Un momento de felicidad, de esa felicidad ya olvidada igual que la ilusión, un solo momento valió la pena, ahora a seguir recordando lo que pudo ser y no fue.
ResponderEliminarUn abrazo.
el tiempo seguirá su paso dulce poeta pero quedara tatuada en el tu sensible y dulce alma de poeta, muchos besinos de esta amiga admiradora.
ResponderEliminarY solo por unos instantes todo olvia a ser como antes. Una preciosa entrada.
ResponderEliminarSaludos,
http://elviajadorsecreto.blogspot.com/
El tiempo, todo el tiempo en ese instante. Tal vez esos años no esten perdidos...
ResponderEliminarSaludos grandotes, Jorge. Que pases lindo fin de semana.
El tiempo no muere para siempre, de vez en cuando vuelve y viaja a este presente, para traernos pasajes de nuestra eterna juventud.
ResponderEliminarPreciosa tu entrada, tus entradas que recupero en mis momentos mas preciados.
Antonio
A veces recordar es tan etrañable...
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