Queda la noche
después de la lluvia,
queda el silencio en el parque,
queda la aventura de las horas obscuras,
queda la palabra y es milagro de nadie.
Se ha ido el mundo
a otro paisaje con más luz,
se ha ido el tiempo
a donde lo midan con más cuidado;
sólo quedo yo y quedo solo
entre las palabras y entre las verdades,
entre los recuerdos y entre los olvidos,
entre las personas y las soledades.
Y en un instante cualquiera
se desencadena el verso
fuera de mis labios,
libre y volandero,
apenas casi mío
y siempre de nadie.
Más tarde vuelve la lluvia,
vuelve el mundo y vuelve el tiempo
y yo regreso a la vida,
guardo mi cuaderno en el bolsillo
y vuelvo a ser nadie.