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sábado, 19 de mayo de 2012

ESTOS DÍAS AZULES Y ESTE SOL DE LA INFANCIA


Me gustaría escribir
siempre mis últimas palabras,
las que se queden mirando al tiempo
como pregunta
que jamás tendrá respuesta.

Quisiera, cuando yo muera,
llevar en mi bolsillo
un papel arrugado con un verso.
Un verso solo para lloverlo al mundo;
un verso como aire,
como sueño y como juego;
un verso
para crecer en otros versos,
para sembrarlo en la fecunda
tierra de las palabras;
un verso fin,
un verso versículo
de la oración que silabeará la vida.

Quisiera hablar, Antonio,
de días azules,
de soles de la infancia,
aunque fuera de mi bolsillo llueva
y yo camine hacia el final
sin protesta y sin remedio.
Quisiera saber que muero
y seguir creyendo,
saber que he de partir
y regalarle al mundo
poesía.