para Marta Delgado
Todavía me sorprende
la noche
cuando me asomo a mi ventana
y uno puntos de luz
en un dibujo de silencios.
Todavía busco sueños
para soñar
en el vestido de las horas
llenas de obscuridad
y de recuerdos.
Todavía surge ante mí
la realidad
como un regalo
o como un juego,
como aventura de la sombra
y descubrimiento.
Todavía tengo los ojos de los niños
para mirar
a todo lo que veo
y no acabar de aprender
y no dejar de sorprenderme
por las cosas sin importancia
y pequeñas,
las que la gente deja
a la vera del camino.
Todavía sé hacer magia
y construir castillos
con nada
y destruir murallas
con la fuerza de mis manos;
todavía digo todavía
y viajo sin moverme
y me juego la vida
en un juego de palabras;
todavía tengo ganas de vivir
y de seguir ganándole terreno
a la vida
con lo que sé
y lo que recuerdo,
con los silencios
y sonidos,
con mis días y mis noches.