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domingo, 10 de octubre de 2010

ESCRIBIR


            El día que me quede vacío
seguiré nombrando las cosas que veo:
mar, viento, lluvia,
tierra, resplandor o vuelo.
Olvidaré los verbos y las conjunciones
y llenaré las líneas de mis versos
con la substancia de los substantivos,
con nombres vacíos y a la vez llenos.
            Tal vez más tarde olvide las palabras
y pediré que me enseñen otra vez las letras;
y las dibujaré en su orden
o en orden caprichoso,
que es lo más humano,
más rico y más lleno.
Y expresaré la risa
con un puñado de ellas;
con otras diré llanto,
amor, vacío o miedo.
            Y el día que no escriba
podré ya morir,
es decir, volveré al silencio.

viernes, 8 de octubre de 2010

MEDIODÍA EN FUENTES NUEVAS


            Escribo con nubes blancas
la plana azul del mediodía.
Voy inventando las letras
y las palabras
que cuadren a mis manos
y a mis ojos
y a esa razón sin nombre
que no es razón
y se parece al viento
de algunas tardes,
y a la hora en que se va la luz
pero se queda,
llenando más el espacio todavía.
Escribo con hierba recién cortada
en el pensamiento
y con día de estreno
en todos mis sentidos,
y con corriente de agua del canal
dentro de mis versos.
Pretendo coger el día
como arena entre mis dedos
sin imaginar siquiera
el siguiente,
que puede desvanecerse
como una nube clara
a merced del viento.

miércoles, 6 de octubre de 2010

CUANDO ANOCHECE



Cuando anochece
las aceras se llenan de gentes tristes
que van y que vienen,
de sombras que se cruzan
de vuelta a casa.
Calles de poca luz
para gestos obscuros,
asfalto gris
para pasos insatisfechos.
Si un día yo fui uno de ellos,
si pisé por los pasos cansados,
ya no recuerdo.
A fuerza de silencio,
sabor de desengaño
y tiempo reseco,
aprendí a mirar más allá de la forma,
el color y el tiempo;
a inventar
frondas al otoño,
flores al invierno,
sonrisas a sinsabores,
amor al tedio.

domingo, 3 de octubre de 2010

LA NOCHE Y LA LUZ

 a Bea, Arancha, Leticia, Juan, Nacho
y todos los que hicieron posibles
las noches de Valdevimbre

            Puedo escribir cualquier palabra
uniendo puntos de luz
que habitan mi firmamento.
Sé escribir con estrellas
que la noche es muy grande,
que el silencio se alarga
hasta llenar a veces
todo el espacio y todo el tiempo;
que la duda es un bien,
que la luz es adorno
de un cielo sin luces,
que las manos del hombre
saben hacer estrellas
que con paso seguido
circundan la noche;
que también sé escribir sin luz
con la sola materia del tiempo;
que por mucho que pueda perder
siempre vuelven los nombres,
el ritmo y las frases;
que el cielo me sabe rodear
por todas partes menos una
que llaman tierra.

viernes, 1 de octubre de 2010

CADA VEZ QUE VOY AL MAR




            Cada vez que voy al mar
tengo tanto por ver
que siempre me sabe a poco.
Tengo más aire del que
pudiera jamás medir
con mis palabras.
Y la costa se me pierde
a uno y al otro lado
hasta que pueda parar de imaginar.
Y tanto más
si me vuelvo tierra adentro.
Y, en fin,
tengo la inmensidad
justo delante de mis ojos:
agua verde y agua azul,
agua negra y agua blanca;
agua llena de vidas
y caminos,
en cada gota una historia
y, más allá,
en cada costa que puedo soñar
mil moradas
y maneras de vivir.
Si un día me hago a la mar
sin anclas y sin amarras
pudiera llenar mi tiempo
por vivir
y faltaría cien veces
otro tanto.